El estrecho vínculo entre Vietnam y Cuba se expresa de manera profunda y exuberante. Más allá de las manos firmemente unidas y los abrazos apretados de los dirigentes o los proyectos de cooperación a escala nacional entre los dos países, podemos ser testigos de las historias cotidianas y las contribuciones silenciosas y personales de los pueblos de ambas naciones. Esa amistad ha sido cultivada incansablemente a lo largo de los últimos 65 años, en especial por aquellos que han vivido, estudiado, trabajado y estado vinculados a las dos naciones. Para muchas generaciones de ciudadanos de ambos países, Vietnam y Cuba han sido su hogar y su segunda Patria.

En la tercera y última entrega de esta serie, los autores exploran las historias cotidianas y los recuerdos de personas de distintas generaciones de funcionarios, expertos y ciudadanos que han vivido, estudiado y trabajado en Vietnam y Cuba. Impulsados ​​por amor, han dedicado su esfuerzo y pasión a la causa de fortalecer la amistad entre ambos países.

Cuba: un hogar, una segunda Patria

La ubicación geográfica nunca ha podido distanciar a Cuba del pueblo vietnamita, ya que en su corazón el afecto y la gratitud hacia la hermana isla siempre han estado como una parte inseparable. De generación en generación, el amor y el respeto se han transmitido a través de historias, inspirando y manteniendo vivo el amor fraternal entre ambos pueblos.

No se trata solo de un eslogan, sino de algo que ha quedado demostrado sobradamente en cada experiencia concreta. Volviendo a la joven Dang Quynh Anh, estudiante de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, relató que aunque entró en contacto con una cultura completamente diferente al llegar a Cuba, sentía las similitudes entre los dos países, que son la amabilidad y la hospitalidad.

En clases, sus amigos y profesores la acogen como si en verdad fuera una auténtica cubana. Durante los más de cuatro años que pasó estudiando en la isla caribeña, la chica siempre ha sido bienvenida con entusiasmo. Comentó: “En mis dos primeros años en Cuba, los cubanos me trataron como a una invitada curiosa, pero ahora me consideran una más de la familia, una hermana, una amiga a la que no han visto en mucho tiempo. Siento que estoy regresando a casa”. “De una chica vietnamita asiática de sangre roja y piel amarilla, ahora se han ido grabando poco a poco en mi corazón las huellas imborrables de los latinoamericanos amigables y abiertos”, agregó.

Huynh Da Thao, estudiante de la Escuela Latinoamericana de Medicina en la provincia de Cienfuegos, también reconoció que Cuba no sólo es un lugar para estudiar, sino también para experimentar afectos cálidos. Llegó a la isla con el deseo de crecer como persona y adquirir conocimientos en un entorno de primer nivel para la formación médica. Sin embargo, rápidamente quedó cautivada por las mañanas azules despejadas, los cielos estrellados, el color siempre cambiante del mar, los autos antiguos y las filas de casas clásicas de estilo latinoamericano. También le impresionaron la sencillez y la honestidad del pueblo cubano. Son amables y respetuosos, admiran su historia, sienten orgullo nacional y aman al país. Contó: “Cuando saben que mis amigos y yo somos vietnamitas, nos llaman ‘hermanos’, hermanos de sangre dentro de la familia”.

Da Thao dijo que además de dedicar tiempo al estudio, participa en actividades y eventos culturales de la universidad para acercarse a sus profesores y amigos cubanos. Gracias a ello, la estudiante de segundo año ha hecho muchos amigos cubanos amables que siempre la ayudan tanto en sus estudios como en la vida cotidiana. Además, afirmó: “A mis amigos cubanos siempre les emociona escucharme hablar sobre el pueblo y la cultura vietnamitas. Nuestra amistad crece cada día, fortalecida y sólida, como la amistad tradicional entre nuestros dos países”.

Da Thao admitió que, al principio, enfrentó grandes dificultades tanto en los estudios como en la vida diaria debido a la barrera del idioma y las diferencias culturales. Sin embargo, se siente muy afortunada porque siempre ha contado con el cariño y el apoyo de sus profesores y amigos.

Desde los estudiantes hasta los adultos que alguna vez estuvieron vinculados a Cuba, todos sienten un profundo cariño por esa isla. Esto se refleja en la familia de Quang Thuy y su esposa Phuong Nhi, quienes actualmente trabajan en la empresa ViMariel, perteneciente al Grupo Viglacera, ubicada en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, en la provincia de Artemisa. A su hijo de cinco años, Hoang Lam, lo llaman cariñosamente en casa “Peso”, en referencia la moneda de Cuba. Así demuestran su amor por el lugar que los vio crecer y que ahora también ve su hijo. Se conocieron mientras estudiaban en Cuba. Tras graduarse, regresaron a Vietnam para casarse. Después de un tiempo, la pareja decidió mudarse a la isla para vivir y trabajar.

Sobre esta decisión, ambos expresaron: “Nos sentimos orgullosos de trabajar y contribuir al desarrollo de la cooperación entre los dos países, uno es nuestra tierra natal, y el otro nos formó y sentó las bases para el desarrollo de ambos”.

Phuong Nhi confesó: “Me sentí muy preocupada al decidir cambiar el entorno de mi hijo, pero ahora, al verlo crecer feliz cada día en Cuba, y recibir el cuidado y la dedicada atención de los maestros cubanos, tal como nosotros mismos los recibimos en el pasado, estoy convencida de que nuestra decisión fue acertada”.

En la escuela, el pequeño Peso estudia con amigos cubanos y otros extranjeros en español, pero en casa, sus padres siguen hablándole en el idioma natal. Le proyectan películas y le ponen música de Vietnam para que siempre recuerde su tierra natal y conserve la lengua madre. Ya Hoang Lam – Peso habla español con bastante fluidez y siempre le entusiasma ir a la escuela y ver a sus amigos. Al compartir sobre sus planes futuros, la pareja expresó: “Deseamos participar más en proyectos de cooperación entre los dos países, contribuir al fortalecimiento de la estrecha amistad bilateral y corresponder al cariño brindado por Cuba a nuestra familia”.

Corazones cubanos con forma de Vietnam

Si muchos vietnamitas sienten un afecto especial por Cuba, no menos cubanos guardan un recuerdo profundo de Vietnam y reservan para este país un lugar especial en sus corazones.

A casi 40 años de su primera visita a Vietnam, el intérprete cubano Esteban Braulio González Hernández aún recuerda vívidamente la ayuda y el cariño que recibió de sus maestros y compañeros mientras aprendía el idioma vietnamita y conocía las costumbres locales. Relató que gracias a un buen currículo de formación y entre los profesores, algunos de los cuales se habían formado en Cuba, no encontró muchas dificultades al principio. Además, fue asignado a una unidad militar perteneciente al Ministerio de Defensa de Vietnam en el distrito de Gia Lam, Hanói, donde todos lo ayudaban mucho a practicar el vietnamita.

Esteban Braulio González Hernández (de camisa blanca, sentado en el fondo) funge como intérprete en una conversación entre el secretario general del Partido Comunista de Vietnam y presidente del país, To Lam, y el primer secretario del Partido Comunista de Cuba y presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, el 26 de septiembre de 2024 (hora de La Habana). (Foto: Cortesía del entrevistado)

Esteban Braulio González Hernández (de camisa blanca, sentado en el fondo) funge como intérprete en una conversación entre el secretario general del Partido Comunista de Vietnam y presidente del país, To Lam, y el primer secretario del Partido Comunista de Cuba y presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, el 26 de septiembre de 2024 (hora de La Habana). (Foto: Cortesía del entrevistado)

“Los vietnamitas son muy hospitalarios” fue la primera impresión que Esteban tuvo de la gente vietnamita. Encontró que los dos aspectos más desafiantes del idioma vietnamita eran la pronunciación y el uso de pronombres personales en la comunicación. “Aunque he estudiado y prestado mucha atención durante el proceso de aprendizaje”, confesó, “a veces cometo errores al comunicarme con los demás, porque es muy difícil adivinar la edad de los vietnamitas para poder elegir el pronombre correcto”. Pero, añadió, “cuando se enteran de que soy cubano y estoy aprendiendo vietnamita, todos están dispuestos a ayudarme, especialmente con la pronunciación y la escritura del idioma”.

Tras pasar siete años estudiando vietnamita y cuatro trabajando en Hanói, Esteban regresó a Cuba. Sin embargo, tiene la oportunidad de acompañar a delegaciones de alto nivel de su país en sus visitas a Vietnam. Gracias a ello, hizo más amigos y colegas vietnamitas, quienes lo trataron como a un hermano.

Siento de verdad el cariño especial que los vietnamitas tienen a los cubanos.

Alain Rey, quien actualmente trabaja en Vietnam, compartió los sentimientos de Esteban: “Los profesores y amigos vietnamitas han tenido una influencia profundamente positiva en mi vida y en la de mi familia durante los años en Vietnam. Su paciencia y dedicación a la hora de enseñarnos el idioma y la cultura vietnamita nos han permitido integrarnos y adaptarnos de manera mucho más fluida a la vida cotidiana. Gracias a ellos, entiendo mejor Vietnam y he desarrollado un profundo respeto y aprecio por su cultura”.

Para llegar a ser el Alain de hoy, dedicado a trabajar y fomentar la cooperación entre ambos países, él recuerda el afecto dispensado a su familia durante su estancia en Vietnam. “Los profesores nos bautizaron con nombres vietnamitas que ya sentimos como los propios”, señala.

Después de casi 27 años de estar vinculado a Vietnam, Alain se siente profundamente orgulloso de su fluidez en vietnamita, lo que le ha ayudado a entablar relaciones significativas con personas de todas las edades, y cada interacción le ha aportado algo valioso. Destacó: “La hospitalidad y la amabilidad del pueblo vietnamita nos han hecho sentir bienvenidos desde el primer día. Sin duda, existe un vínculo afectivo que perdurará por siempre en nuestros corazones, ya que Vietnam ha sido parte integral de nuestra historia personal y familiar”.

Phạm López Linh nació y creció en una familia de padre vietnamita y madre cubana. Ofreció una perspectiva única sobre Vietnam. “Para mí, el vietnamita son las melodías del ‘Cheo’ (un típico arte teatral tradicional) y las canciones sobre la Patria que mi padre solía escuchar en un viejo reproductor de casetes, como ‘Noi buon hoa phuong’ (tristeza de flores de fénix), ‘Truong ca song lo’ (Epopeya del río Lo), ‘Bai ca hy vong’ (Canción de esperanza) y ‘Tinh ca’ (Canción de amor)”, dijo Linh. “Aunque no podía comprender del todo el significado de las canciones, esas melodías quedaron profundamente impresas en mi memoria”.

En 2009, cuando cumplió 19 años, Linh llegó a Vietnam para estudiar idioma vietnamita en la Universidad de Hanói. Después de muchos años de tararear las canciones que su padre solía escuchar con la melodía, Linh finalmente pudo entender las letras y entonarlas. Riendo, Linh dijo: “Escuché tanto esas canciones que mis amigos me decían que solo me gustaba escuchar ‘música de ancianos’”.

Linh contó que cuando era más joven, aunque su padre a menudo estaba fuera de casa por motivos de trabajo, todavía recuerda perfectamente que su padre reservaba un rincón solemne en la casa para quemar incienso y rendir tributo a su abuelo. Linh realmente no entendía lo que hacía su padre y solo quería que terminara rápido para poder comer “nem ran” (rollitos de primavera fritos), un plato vietnamita que amaba toda la familia. “Cuando vivía en Vietnam, comprendí esta costumbre de los vietnamitas como una forma de expresar amor y recuerdo a los familiares fallecidos”, explicó.

Linh también siente el cariño del pueblo vietnamita por él y Cuba. De todas las anécdotas cotidianas, recuerda con mayor intensidad el homenaje al presidente Fidel Castro en la Embajada de Cuba en Hanói en 2016. “Una anciana llevó a la ceremonia una guayabera (vestido tradicional cubano) de papel que ella misma había elaborado y me pidió que le dijera al embajador que se trataba de una ofrenda votiva para que pudiera quemarla como regalo al difunto presidente Fidel Castro. El embajador se sintió profundamente conmovido por los sentimientos de la anciana”, narra.

A diferencia de Esteban, Alain o López Linh, el médico Alfredo García Mirete llegó a Vietnam para trabajar en el Hospital de Amistad Vietnam-Cuba de Dong Hoi, en la central provincia de Quang Binh. Para él, esta no sólo era una oportunidad, sino también un honor contribuir a un lugar símbolo de la cooperación entre ambos países. Al preguntarle sobre su experiencia trabajando allí, respondió sin pensar: “Se trata de mi mayor experiencia”.

En Quang Binh, Alfredo experimenta el genuino aprecio de los lugareños. Compartió: “Una de las cosas que más me sorprenden al estar aquí es que los vietnamitas conocen Cuba. Los vietnamitas que estudiaron en Cuba mantienen un amor muy grande por mi país a pesar de los muchos años que han pasado”.

Al recordar sus siete años de trabajo en el Hospital Amistad Vietnam-Cuba de Dong Hoi, con el cariño y el afecto que le profesan, Alfredo sonrió y dijo: “Vietnam ocupa un lugar muy importante en mi corazón ya que aprendí a amar este país, su gente y sus costumbres”.

Doctor Alfredo García Mirete

Asumir la misión de registrar las páginas doradas de la amistad

En parte gracias a estos recuerdos personales y los profundos vínculos de cada vida y familia, la calidez de las relaciones entre Vietnam y Cuba se ha mantenido viva y se ha propagado a grupos, colectivos, organizaciones y entidades. Se trata de proyectos de cooperación entre empresas o programas de intercambio cultural de estudiantes y especialmente proyectos de investigación de académicos de ambos países.

Durante sus muchos años de investigación sobre Vietnam y los vínculos entre ambos países, el doctor Ruvislei González Saez, investigador titular y coordinador del Equipo de Asia y Oceanía del Centro de Investigaciones en Política Internacional (CIPI) de Cuba y vicepresidente permanente de la Asociación de Amistad Cuba-Vietnam, ha consultado extensamente fuentes de tanto Cuba como Vietnam. Entre ellos, encontró experiencias personales de muchos autores relacionados con los lazos de ambas naciones, pero ningún documento que sistematice su historia. En 2018, entrevistó al primer embajador cubano en Vietnam, Mauro García Triana, ya de avanzada edad. Mientras le contaba su historia en la hermana nación asiática, comentó: “Comprobé que ha habido muchas vivencias hermosas que han hecho única y especial esta relación entre las dos naciones”.

Fue entonces cuando se propuso escribir un libro para compilar la historia sobre las relaciones bilaterales. “Seguí buscando en archivos, estudiando, buscando protagonistas en las relaciones, y entrevistando a otros embajadores cubanos y a sus familiares como Fredesmán Turró González o incluso a la esposa de Manuel Penado, pues ya él no se encuentra entre nosotros. Escribir el libro fue convirtiéndose en un aprendizaje constante, porque iba conociendo cada vez más la historia de las dos naciones y, a la vez, lograba concentrar en el texto muchas de las principales vivencias entre nuestros dos pueblos”.

Dos años después de la entrevista al embajador Mauro García Triana, se presentó el libro “Dos pueblos hermanos, una historia: Cuba y Vietnam” en ocasión del 60º aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países. En 2023, La Editorial Chinh tri Quoc gia Su That (Política Nacional-Verdad) lanzó el libro en idioma vietnamita para brindar a los lectores acceso a investigaciones sobre la relaciones internacionales e historia, y sobre todo para preservar los hermosos capítulos de la historia de los vínculos entre Cuba y Vietnam.

Ruvislei también participa en actividades políticas entre los dos países. En 2018, fue uno de los involucrados en el proceso para imponer el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Políticas al secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong. Fue “un gran honor” y un “momento especial” en su vida, resaltó el erudito.

En el otro extremo del hemisferio, académicos vietnamitas trabajan infatigablemente para profundizar en Cuba. La doctora Loc Thi Thuy, analista de asuntos internacionales del Instituto de Estudios Americanos, adscrito a la Academia de Ciencias Sociales de Vietnam -cuyas opiniones se reflejaron en las partes 1 y 2 de esta serie- ha “dedicado todo su corazón” a la Isla de la Libertad, a la que siempre ha admirado aunque no ha estado nunca en la nación caribeña. “A pesar del prolongado asedio y el embargo, Cuba ha logrado desarrollar su economía y sociedad, y cuenta con excelentes políticas, como la atención médica y la educación gratuitas. Además, sus industrias biotecnológica y farmacéutica, especialmente la producción de vacunas para prevenir el cáncer y las enfermedades infecciosas, están muy avanzadas”, comentó.

Impulsada por una combinación de la admiración y la curiosidad, Thuy ha dedicado mucho tiempo a investigar cuáles son las armas, las motivaciones o, en otras palabras, la fuerza interna de Cuba para continuar por el camino de la construcción del socialismo, frente a la política de embargo estadounidense durante más de 60 años. Fue por eso que para su tesis doctoral eligió el tema “El proceso de lucha por la independencia nacional en Cuba de 1991 a 2016”.

La erudita pone su corazón en los estudios sobre Cuba. “Amigos cubanos, consideren el libro como mi dedicatoria al Partido, al Gobierno y al pueblo cubanos por la gran ayuda y los sinceros sentimientos que han dedicado a Vietnam a lo largo de los años de lucha por la liberación nacional”, expresa.

Ella también anhela contribuir con sus esfuerzos, por modestos que sean, a cultivar la amistad binacional y a que los lectores e investigadores vietnamitas conozcan más a fondo a Cuba, la Isla de la Libertad, a ese heroico país, a su gente y a su lucha por la independencia nacional. El libro de Thuy, “Cuba dau tranh bao ve doc lap trong boi canh moi” (Cuba lucha por defender la independencia en la nueva coyuntura), fue presentado en Hanói en 2020, cuando se festejaba el 60 aniversario de las relaciones diplomáticas bilaterales (2 de diciembre de 1960). Al recordar el hecho, la entonces embajadora de La Habana en Vietnam, Lianys Torres Rivera, manifestó el deseo de que la obra sea traducida al castellano, lo que no solo la acercaría a los cubanos, sino también permitiría a otros pueblos de América Latina percibir mejor las justas luchas de la nación antillana.

Luminosos sueños de compañerismo

A lo largo de 65 años, la amistad entre Vietnam y Cuba se renueva constantemente gracias a los sentimientos sinceros de personas, colectivos y generaciones. Artífices de los hechos milagrosos y nobles que mantienen vivas las llamas de la fraternidad binacional, las personas consultadas para esta serie expresaron como una sola voz la aspiración de contribuir al fortalecimiento de los lazos entre Vietnam y Cuba, haciéndolos eternos y resistentes a cualquier nuevo reto. Esto se ha estado concretando con una buena cantidad de proyectos en marcha o en preparación.

Estos arrozales en temporada de siega en el municipio de Los Palacios, en la provincia cubana de Pinar del Río, figuran entre los primeros resultados notables de un proyecto de cooperación entre la empresa vietnamita Agri VMA, de Vietnam, y los agricultores de Cuba. (Foto: Embajada de Cuba en Vietnam)

Estos arrozales en temporada de siega en el municipio de Los Palacios, en la provincia cubana de Pinar del Río, figuran entre los primeros resultados notables de un proyecto de cooperación entre la empresa vietnamita Agri VMA, de Vietnam, y los agricultores de Cuba. (Foto: Embajada de Cuba en Vietnam)

Habiendo tenido el honor de presenciar encuentros con dirigentes de alto rango de Vietnam, entre ellos el presidente Tran Dai Quang (en 2016), el secretario general del Partido Nguyen Phu Trong (en 2018), y el secretario general del Partido y presidente To Lam (en 2014), Ruvislei ha comprendido la necesidad de impulsar la labor de educación y divulgación sobre los vínculos binacionales, en especial entre los jóvenes.

“Desde la academia en vínculo con la Asociación de Amistad Cuba-Vietnam, hemos buscado formas que permitan preservar y consolidar la especial amistad bilateral. Pretendemos realizar en este 2025, año del 65º aniversario de las relaciones diplomáticas, la creación de una Cátedra Ho Chi Minh en la Universidad de La Habana”, reveló el erudito con el periódico Nhan Dan sus planes para el futuro cercano. De hecho, el pasado 19 de mayo, el 135º aniversario del natalicio del Presidente Ho Chi Minh, esa casa de altos estudios, en coordinación con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, oficializó la constitución de la Cátedra de Estudios sobre Vietnam “Ho Chi Minh”, adscrita a la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología. Se espera que, como augura Ruvislei, la entidad se convierta en un espacio académico permanente que despliegue una serie de acciones para conocer sobre la historia de Vietnam, la vida de Ho Chi Minh, estudiar su pensamiento, reflexionar sobre la evolución de la hermana nación hasta la actualidad y otros procesos que permitan aprovechar experiencias y profundizar los análisis.

De acuerdo con el doctor cubano, el mencionado proceso está dirigido a los estudiantes y profesores universitarios, pero no solo de la capital, sino de todo el país. La idea es que el radio de acción también alcance a los estudiantes de nivel preuniversitario y a adultos mayores vinculados con Vietnam durante la epopeya por su independencia.

Sumándose a ese entusiasmo, la doctora Loc Thi Thuy comparte: “Desde que lancé mi libro sobre Cuba en 2020, no he parado de indagar sobre la isla, sus relaciones con los países latinoamericanos y su crucial rol en el movimiento comunista y obrero internacional, el Grupo de los 77 y el Movimiento de Países No Alineados”.

Además de los trabajos de investigación académica, las relaciones binacionales son cada vez más entrañables gracias a una cooperación empresarial fructífera. En este sentido, Nguyen Quang Vinh, director de la Sociedad Limitada de Hermanos Vietnamitas (V.brothers) y gerente de la granja Amifarm Moc Chau, en la norteña provincia vietnamita de Son La, ha sido uno de los pioneros.

Consciente de que sus logros hoy se deben en parte a la ayuda cubana, Vinh sueña con fortalecer la cooperación entre empresas de los dos países, y está dispuesto para compartir lo que ha aprendido cuando el país amigo lo requiera. “Pienso en ofrecerme como experto voluntario para la formulación por Cuba de estrategias y brindar asesoramiento técnico en materia de agricultura y medio ambiente, incluidos la economía agrícola circular, el procesamiento agrícola y el tratamiento ambiental”, expresa.

Su intención fue puesta sobre la mesa y ganó el respaldo de la Embajada de Cuba en Hanói en una reunión entre Quang Vinh y la legación en 2024. Para el empresario, hacer negocios con Cuba no solo significa cooperación, asistencia, apoyo y aprendizaje, sino también aporte al reforzamiento de la leal amistad entre ambas naciones. Si bien anticipa cuantiosas dificultades, compartió, impulsado por la gratitud de un vietnamita hacia las contribuciones pasadas y presentes de Cuba: “Creo que la cooperación será exitosa pese a la distancia geográfica, porque la amistad y el entendimiento mutuo son el fundamento para que confiemos y cooperemos”.

Da Thao y Quynh Anh son conscientes de la misión de jóvenes como ellas de cultivar los sentimientos entre los dos pueblos y en dar ejemplo de cómo se transmite y fortalece la amistad entre ambas naciones. “Para que los jóvenes cubanos sepan más sobre Vietnam y otras culturas asiáticas, esperamos que los estudiantes vietnamitas en Cuba organicen actividades de intercambio cultural con amigos cubanos y de otros países. Allí podremos presentar nuestra cultura, gastronomía e identidad a los amigos extranjeros. Así contribuiremos a difundir la cultura vietnamita y a mantener la amistad entre ambos países”.

Fecha de publicación: 19 de junio de 2025
Dirección: LE QUANG THIEU, PHAM TRUONG SON
Realización: QUANG HUNG, THANH HANG, HAI ANH, MY PHUONG, KIM HUONG, TRANG NGAN, HONG QUAN
Presentación: TRANG NGAN