
En Caracas, la capital de Venezuela, separada de Hanói por casi 17 mil kilómetros, vive una familia de tres generaciones que guarda profundos sentimientos hacia Vietnam. La componen el diplomático y periodista Ángel Miguel Bastidas, su hija y sus nietas que se criaron en Hanói. A pesar de su regreso a Venezuela, en cada uno de ellos laten el amor y la añoranza por la ciudad donde una vez trabajaron, estudiaron o simplemente pasaron por una determinada etapa de sus vidas. Una Hanói acogedora y hospitalaria ha colmado el corazón de esos amigos venezolanos, una Hanói que les hizo lamentar el momento de la despedida.
Desde Caracas con mucha añoranza por Hanói…

Ángel Miguel Bastidas: Las reminiscencias de Hanói permanecen intactas

El diplomático y periodista venezolano Ángel Miguel Bastidas. (Foto: Cortesía del entrevistado)
El diplomático y periodista venezolano Ángel Miguel Bastidas. (Foto: Cortesía del entrevistado)
Para el diplomático y periodista Ángel Miguel Bastidas Hanói es una historia cuya narración podría tomarle horas. Llegó a esta capital el 26 de septiembre de 2007 para asumir como segundo secretario de la Embajada de Venezuela en Vietnam a cargo de la prensa. No fue sorpresa que en conversaciones con nosotros pudiera hablar de periodismo, del Tío Ho, del General Vo Nguyen Giap, de algún sitio o acontecimiento histórico de Vietnam, valiéndose de sus amplios conocimientos, con gran admiración y respeto. Aunque visitó y conoció muchos lugares y curiosidades en Vietnam, le reserva una gran parte de su corazón a Hanói.
“Llegué a Vietnam con las impresiones grabadas en la mente de aquella Hanói sufrida en los años de guerra que nos transmitían artículos periodísticos, fotos y cintas de cine, y cargado de muchísimas preguntas que esperaba responderme a mí mismo para conocer mejor la valiente y heroica capital. Ansiaba visitar la tierra de ‘los hombres y mujeres de ojos de almendra’ tal y como tan elocuentemente la describió el poeta y Héroe Nacional cubano José Martí en su obra ‘Un paseo por la tierra de los anamitas’ en la revista ‘La Edad de Oro’, una publicación para niños cubanos y latinoamericanos que tuve oportunidad de leer de pequeño”.
Así evocó Bastidas la primera vez que arribó a Hanói, hace 17 años. El avezado periodista sentía curiosidad por saber cómo una ciudad que había luchado nueve años contra los invasores franceses, y que había sido víctima de los bombardeos estadounidenses, podía ascender tan gloriosamente hasta ser nombrada “Ciudad por la Paz” reconocida por la Unesco. Se dio cuenta, después de todo, de que los días de ardua resistencia nacional habían quedado atrás. Aunque en cada aniversario de la Liberación de Hanói sonaba las melodías del regreso triunfal y se evocaban intactas las reminiscencias de los feroces combates del ejército y el pueblo capitalinos, a sus ojos Hanói realmente se transformaba para lo mejor.
Desde la ventanilla del taxi que le llevaba del aeropuerto de Noi Bai al hotel en la calle de Au Co, Ángel se sintió como si estuviera contemplando una pacífica Hanói en cámara lenta. “Sin escombros ni humaredas de armas y restos de artillería pesada, ni siquiera pedazos de bombarderos esparcidos sobre el terreno. Se habían desvanecido las escenas sobre una Hanói devastada por bombas estadounidenses que había visto en el documental ‘Hanói, martes 13’, del cineasta cubano Santiago Álvarez Román. En cambio, me acogía un paisaje de tranquilidad con los tradicionales sombreros cónicos que llevan los campesinos adornando sembradíos de arroz, ricas huertas a orillas del Río Rojo, gente yendo en bici al trabajo… La imagen de una Hanói de vida, sencillez y laboriosidad nunca había estado tan cerca”, dijo envuelto en recuerdos.
Cada vez que regresaba de sus vacaciones en Venezuela, le maravillaba la capital vietnamita. “Hanói con su nuevo puente, Nhat Tan, cuyas cinco torres simbolizan las cinco antiguas puertas de entrada a la capital de milenarias tradiciones culturales, presenta una moderna estructura que funciona como puerta de los arribos internacionales, dando la bienvenida a amigos foráneos en su traslado de Noi Bai al centro de la ciudad. Siempre me sentí impresionado por el ajetreado ritmo de la vida allí. Gigantescas construcciones, autopistas y elegantes centros comerciales me convencieron de que la ciudad se iba alzando, como indica su nombre original, Thang Long, que se traduce como dragón en ascenso”.
Los logros de Hanói en los últimos 70 años no solo han sido un honor y un orgullo de los capitalinos, sino también han contribuido a edificiar un Vietnam próspero y hermoso, para que los pueblos en América Latina adquieran fuerza en su lucha por desarrollar el socialismo en el hemisferio occidental.
Los más de diez años de trabajo en Vietnam se tradujeron en una enorme parte de su tiempo del entrañable recorrido de Ángel junto a Hanói. Cada día, el hombre se dedicaba a leer y escribir sobre el país. Su perdurable pasión por la historia le llevó a atesorar los escritos del General Vo Nguyen Giap traducidos al castellano como “Điện Biên Phủ: Batalla en medio del asedio” o “Điện Biên Phủ, cita con la historia”. Tenía un cuaderno de materiales en el que pegaba recortes de noticias e imágenes publicadas en el periódico Nhan Dan (órgano central del Partido Comunista de Vietnam) o el diario Ha Noi Moi (órgano oficial del Comité del Partido en Hanói), a los que estaba suscrita la Embajada .
Fuera de la oficina, Ángel se las arreglaba de varias maneras para explorar Hanói. Se cortaba el cabello con peluqueros callejeros, desayunaba con su plato favorito, el “xoi” (arroz glutinoso a vapor) y podía pedir fácilmente variantes del plato como el “xoi com” (el “xoi”, elaborado con arroz glutinoso verde y servido con pasta de soja verde y coco rallado), el “xoi lac” (“xoi” con cacahuete) o el “xoi dua” (“xoi” con leche de coco y coco rallado). También aprovechaba su afición a la fotografía para capturar momentos de sosiego y bullicio de la vida capitalina, como el “Atardecer en el Lago del Oeste”, que fue elegido para la exposición titulada “15 años de Hanói, Ciudad por la Paz” en 2014.
“Atardecer en el Lago del Oeste” del periodista Ángel Miguel Bastidas, una de las obras presentadas en la exposición “15 años de Hanói, Ciudad por la Paz” en 2014. (Foto: Cortesía del entrevistado)
“Atardecer en el Lago del Oeste” del periodista Ángel Miguel Bastidas, una de las obras presentadas en la exposición “15 años de Hanói, Ciudad por la Paz” en 2014. (Foto: Cortesía del entrevistado)
Siendo uno de los fundadores de la Casa de la Amistad Venezuela-Vietnam, Ángel Miguel Bastidas ha contribuido con esmero a la divulgación sobre la nación sudesteasiática y su gente entre los venezolanos y latinoamericanos. En 2017 fue honrado con el segundo galardón en el Premio Nacional de Vietnam de Difusión al Exterior gracias a su libro “Xin chào” (Hola). La obra, publicada por la Editorial vietnamita “The gioi”, es una recopilación de unos 200 artículos de la columna “Xin chào”, que sale todos los martes en el diario venezolano El Correo del Orinoco.
El hecho de que cada una de las casi 200 entregas sea portadora de una reminiscencia de algún acontecimiento o personaje, o de un recuerdo o un momento memorable de Bastidas en suelo vietnamita, evidencia la capacidad prolífica del autor y su aspiración de acercar Vietnam a Venezuela. Los títulos que les puso son concisos y fieles a idioma original desde el punto de vista fonético. Puede mencionarse “Nguyễn Văn Trỗi”, nombre del héroe vietnamita que –escribió Ángel– se conserva como un “símbolo imborrable de la relación solidaria” entre los dos pueblos; “Ruta Hồ Chí Minh”, legendario sendero para el transporte de efectivos y equipos militares al sur; “Võ Nguyên Giáp”, nombre del afamado genio militar de Vietnam; “El Tết” (fiesta del Año Nuevo Lunar) y “El Vu Lan” (festival de gratitud filial). Claro, de ninguna manera el columnista se olvidó de su querido Hanói: “Razones hay para ver a numerosos entusiastas trabajadores, soldados y estudiantes, adornando la ciudad con la emblemática bandera de la Revolución de Agosto, roja-rojita y con una estrella dorada en el centro, para la gran fiesta del 10 de octubre: vallas hechas con miles de flores, luces multicolores y gigantografías adornando el casco histórico hanoyense para convocar al pueblo a recordar que la Ciudad de la Paz es el resultado de una larga lucha cívico/militar” (fragmento del artículo “La valiente Hanói”, publicado por Ángel Miguel Bastidas en ocasión del 59 aniversario de la liberación de la capital de Vietnam).
Al reunirse con los autores del presente trabajo, el avezado periodista calificó al 10 de octubre de 1954 como un acontecimiento histórico que abrió un nuevo período en el crecimiento de Thang Long-Hanói, un recordatorio para las generaciones de jóvenes vietnamitas del glorioso pasado de sus antecesores y de una de las resplandecientes páginas doradas del heroísmo revolucionario vietnamita en la lucha de liberación nacional. Valoró especialmente el papel de la juventud hanoyense a la hora de continuar promoviendo las tradiciones revolucionarias, amén de conservar y difundir los valores tradicionales de la milenaria capital.
“Quería retratar a la Hanói que se va abriendo pasos agigantados a base del trabajo incansable de sus habitantes, junto con el empuje y el dinamismo de millones de jóvenes, como contribución al proceso ‘Doi moi’ abanderado por el Partido Comunista y trabajar incesantemente por construir un Vietnam diez veces más hermoso, como deseó el Presidente Ho Chi Minh. Los logros de Hanói en los últimos 70 años no solo son un honor y un orgullo para los capitalinos, sino también han coadyuvado a edificar un Vietnam próspero y hermoso, para que los pueblos en América Latina adquieran fuerza en su lucha por desarrollar el socialismo en el hemisferio occidental”, auguró.

A sus 80 años, Ángel mantiene su ardiente pasión por la actividad frente al teclado y se mantiene al día de las noticias de Vietnam. También continúa escribiendo para el periódico Ciudad Caracas, a la vez que colabora en el programa de radio “Cimarrón Radio” que se transmite semanalmente por la emisora de la Asamblea Nacional de Venezuela. Todavía dedica a Hanói bastante espacio en sus creaciones escritas y radiales, como una manera de expresar su amor hacia la ciudad a la que considera su segundo terruño.
Los conocimientos y vivencias de Ángel sobre Hanói, junto con sus fervientes sentimientos para esta capital, se han transmitido a sus descendientes. En 2012, Maikki Bastidas hizo realidad su anhelo de visitar a su padre y conocer la ciudad donde, como él aseguraba, valía la pena vivir y cuya gente es amable y simpática.
El libro “Xin chào” (en castellano), publicado por la Editorial “The gioi”, brinda a Ángel Miguel Bastidas el segundo galardón del Premio Nacional de Vietnam de Difusión al Exterior 2017. (Foto: Trang Ngan)
El libro “Xin chào” (en castellano), publicado por la Editorial “The gioi”, brinda a Ángel Miguel Bastidas el segundo galardón del Premio Nacional de Vietnam de Difusión al Exterior 2017. (Foto: Trang Ngan)
Maikki Bastidas Estupiñán: Tengo de Hanói los recuerdos familiares más hermosos de mi vida

Maikki Bastidas Estupiñán (extremo izquierdo) e invitados en el programa “Vietnam en Venezuela” del canal radial Venezuela OyeVen, FM 106.9. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Maikki Bastidas Estupiñán (extremo izquierdo) e invitados en el programa “Vietnam en Venezuela” del canal radial Venezuela OyeVen, FM 106.9. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Maikki nació el 29 de noviembre de 1979 en Caracas y ahora es madre de tres hijas. Llegó a Hanói a principios de 2012 y los amigos hanoyenses le dieron la bienvenida con ramos de flores, sonrisas y fuertes abrazos.
Los sentimientos de Maikki hacia Hanói siguen siendo los mismos que en los primeros días. “Amigos vietnamitas nos recibieron en el aeropuerto con flores, abrazos y muchísima alegría. Los sentía muy cercanos. Luego, poco a poco aparecieron ante mis ojos vastos campos de arroz, agricultores con sombreros y casas sencillas pero muy muy cuidadas y hermosas. Esa vista quedó grabada en mi corazón para siempre. En ese momento tuve el presentimiento de que la vida de mi hija Angélica y la mía cambiaría”, contó emocionada.
La familia de Maikki vivía con su padre en el barrio de Xuan La, distrito de Tay Ho, donde ella, su esposo e hijas disfrutaban de tranquilos paseos en bicicleta y contemplaban el Lago del Oeste al anochecer. Maikki contó: “Nuestros vecinos vietnamitas nos hicieron parte de sus familias. El cuidado sincero de los amigos hanoyeses y su estilo de vida sencillo y sano me hizo sentir saludable y lleno de energía positiva. Por eso decidí dar a luz a mi segunda hija aquí”..
Como graduada de Nutrición y Dietética, y madre al fin, a Maikki le preocupaba especialmente la alimentación y el cuidado de sus hijas. “Me sentí impresionada y conmovida por la forma en que los hanoyenses cuidaban de mi salud y de cada miembro de mi familia, desde las cosas más pequeñas y simples,” observó Maikki. “Miles de años de sabiduría, ingenio y sofisticación están presentes en todas las actividades diarias del pueblo de Hanói, incluida la alimentación diaria y la forma de combinar especias y preparar los alimentos. Admiro a las mujeres capitalinas, que siempre aman y cuidan esmeradamente a sus familias. Eso me hace amar y sentirme más cerca de la ciudad”, agregó.
Durante sus casi seis años en Hanói, Maikki trabajó para la Voz de Vietnam como editora de noticias y locutora en español. Mencionó lo mucho que había aprendido de sus compañeros y lo honrada que se sentía de poder dirigirse a un público internacional.
A su regreso a Venezuela, Maikki, su padre y algunos amigos que habían trabajado en Vietnam, lanzaron el programa radial “Vietnam en Venezuela”, que se emite todos los jueves por el canal de radio Venezuela OyeVen, FM 106.9 desde marzo de 2023. Su primera tanda de cinco episodios mereció el tercer premio en la categoría de Radio de la novena edición de los Premios Nacionales de Divulgación Internacional. El programa trataba temas como la historia, el clima político, económico y social, así como los logros de la Renovación de Vietnam, junto con hitos importantes de las relaciones Vietnam-Venezuela.
Maikki Bastidas Estupiñán y su padre, Ángel Miguel Bastidas, en el programa "Vietnam en Venezuela" transmitido por el canal de radio Venezuela OyeVen, FM 106.9. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Maikki Bastidas Estupiñán y su padre, Ángel Miguel Bastidas, en el programa "Vietnam en Venezuela" transmitido por el canal de radio Venezuela OyeVen, FM 106.9. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Maikki mencionaba con frecuencia Hanói en sus comentarios en programas del canal de radio. También dedicó un episodio a hablar sobre la cocina de la capital vietnamita. Entusiasmada, expresó: “Mi hija Angélica y yo planeamos hacer una serie de Podcasts dedicados a Hanói, tanto en inglés como en español. Esta es nuestra forma de agradecer a la ciudad y de sentir que los amigos capitalinos están cerca de nosotros aunque estemos a medio mundo de distancia”.
Para mí, Hanói es verdaderamente una ciudad donde vale la pena vivir. Me gustaría dedicar tres palabras para describirla: Mágica, pacífica y cálida.
Como su padre, Maikki admira el espíritu de trabajo y la voluntad de progresar del pueblo de Hanói, especialmente de los jóvenes, quienes, según ella, sienten pasión por estudiar y trabajar y se preocupan por cuidar de sus familias y contribuir al desarrollo del país. Además, la juventud respeta a sus antepasados y a sus familias, agradece el legado de las generaciones anteriores y al mismo tiempo se esfuerza por desarrollarse. Maikki desea que sus hijas estudien en Hanói para que puedan apropiarse de las hermosas tradiciones locales.
Según Maikki, ya sea para visitar, trabajar o vivir, cada persona tiene su propia razón para amar a Hanói: “Me enamoré de esta ciudad que alguna vez estuvo envuelta en las llamas de la guerra, pero que luchó valientemente por convertirse en una metrópoli pacífica. Para mí, Hanói es verdaderamente una ciudad donde vale la pena vivir. Me gustaría dedicar tres palabras para describirla: Mágica, pacífica y cálida”, manifestó conmovida.
La vida de Maikki está consagrada a las ocupaciones propias de una madre de tres hijas, pero su corazón extraña constantemente a Hanói. En la evocación de sus tiempos en Hanói y en sus planes la acompaña su hija mayor, Angélica, próxima a cumplir 18 años.
Angélica Colina Bastidas: Soy una muchacha venezolana con alma vietnamita

Angélica Colina Bastidas. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Angélica Colina Bastidas. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Angélica Colina Bastidas. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Angélica Colina Bastidas. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Angélica Colina Bastidas nació el 2 de noviembre de 2006 en Caracas y se mudó a Vietnam cuando tenía cinco años. Actualmente vive con sus padres en la capital venezolana y estudia artes gráficas en la Escuela Técnica de Artes Visuales “Cristóbal Rojas”.
Maikki contó: “Todos aceptaban y amaban a mi hija. Angélica cursó la primaria en la Escuela Bilingüe Internacional Horizon, donde conoció a muchos amigos de todo el mundo, pero amaba especialmente a sus amigos vietnamitas. Ella podía comunicarse en vietnamita al mes de haber llegado a Hanói, lo que me sorprendió y me alegró porque pudo integrarse a su nueva vida”.
Para Angélica, la lengua vietnamita es preciosa. De hecho, sabe que Hanói significa “ciudad rodeada por el río". Al compartir su sentimiento sobre el idioma vietnamita, expresó: “Las seis entonaciones hacen que el idioma parezca un canto y me encantaría dominarlo del todo. Quiero aprender vietnamita más profundamente para poder entender el significado de las canciones vietnamitas, especialmente las canciones sobre Hanói”.
Angélica Colina Bastidas junto con su abuelo y madre. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Angélica Colina Bastidas junto con su abuelo y madre. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
En Hanói, Angélica conoció a amigos que, pese a las diferencias de cultura e idioma, la trataron de maravilla. “Considero a Hanói mi hogar, donde todos son increíblemente amables y dulces y siempre dan la bienvenida a los amigos extranjeros. Ellos me ayudaron a adaptarme y a sentirme en casa. Mis vecinos eran muy amables y cálidos. Recuerdo que cerca de mi casa había un pequeño negocio cuyos propietarios eran una pareja. Ellos eran muy sociables y me decían “¡Cháu thật xinh đẹp! (¡Eres preciosa!), haciéndome sentir muy apreciada y amada”, contó Angélica.
Los casi seis años de Angélica en Hanói son una vívida historia de infancia, con el Lago del Oeste, el pueblo alfarero de Bat Trang, el casco antiguo y las tradicionales festividades como el Tet (Año Nuevo Lunar) y el Festival del Medio Otoño, e incluso los momentos en que su abuelo Ángel la llevaba en moto a recorrer las ciudades de Hanói. “El Lago del Oeste y el casco antiguo fueron una parte importante de mi infancia y de mi experiencia viviendo en Hanói. Solía ir con mi familia a pasear, disfrutar del paisaje y sentir el ritmo de vida tranquilo, tradicional pero también muy moderno y bullicioso de la Capital”, narró. El Lago del Oeste está especialmente presente en la memoria de Angélica porque le hace evocar sus recuerdos cotidianos, las mañanas en las que iba al colegio y admiraba la vista del lago,los momentos en los que, tranquilamente, pintaba cerámica mientras disfrutaba de hermosos atardeceres con sus amigos.
Cada fin de semana, Angélica y su abuelo recorrían en una moto las calles de Hanói y las aldeas colindantes para tomar fotos. Su madre también la llevó a visitar la aldea alfarera de Bat Trang. Maikki no puede ocultar su orgullo al hablar de su hija: “Las experiencias de aprender a elaborar objetos de cerámica la ayudaron a practicar la paciencia y estimularon su creatividad, lo que le permite destacarse en cerámica en su actual escuela de arte”.
Mi forma de pensar, mis gustos, mis valores son definitivamente los que adquirí mientras vivía en Hanói.
Angélica Colina Bastidas
Nacida con un talento natural para el dibujo, Angélica siente especial predilección por la pintura. Recordó las noches en las que se divertía con sus amigos, hablaba vietnamita con ellos y hacían dibujos: “Recuerdo una noche en que mis dos amigas y yo decidimos hacer un cuadro de tres gatos sentados en una cerca viendo la luna. Eso es un recuerdo de infancia muy lindo”, recordó.
Los años de infancia pura y pacífica, junto con el cariño de familiares, amigos y vecinos en Xuan La, hicieron que Angélica se sintiera vietnamita. “El paisaje, la gente y los recuerdos de Hanói todavía perduran en mi mente. Incluso cuando regresé a mi país, pensaba que era una muchacha de Hanói. Mi forma de pensar, mis gustos, mis valores son definitivamente los que adquirí mientras vivía en Hanói”, confesó.
Amante de Hanói y apasionada del arte, Angélica dedicó un pequeño rincón de su habitación a “retratar” Vietnam. “Esta es una composición que hice en la pared de mi cuarto, con fotos, elementos culturales tradicionales de Vietnam y obras abstractas pintadas por mí”.
El rincón “Vietnam” en el cuarto de Angélica en Caracas, Venezuela. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
El rincón “Vietnam” en el cuarto de Angélica en Caracas, Venezuela. (Foto: Cortesía de la entrevistada)
Este pequeño rincón, como dijo Angélica, es para recordarle la cultura vietnamita, sus recuerdos de infancia en Hanói que siempre atesora.

La pequeña Hanoi, orgullosa de su nombre

Maikki Bastidas Estupiñán y su recién nacida hija Hanoi Colina Bastidas, en el Hospital Vietnam-Francia, el 7 de febrero de 2017. (Foto: Cortesía de la familia entrevistada)
Maikki Bastidas Estupiñán y su recién nacida hija Hanoi Colina Bastidas, en el Hospital Vietnam-Francia, el 7 de febrero de 2017. (Foto: Cortesía de la familia entrevistada)
La bebé Hanoi Colina Bastidas. (Foto: Cortesía de la familia entrevistada)
La bebé Hanoi Colina Bastidas. (Foto: Cortesía de la familia entrevistada)
Angélica y Hanoi visten el traje tradicional vietnamita “Ao dai”. (Foto: Cortesía de la familia entrevistada)
Angélica y Hanoi visten el traje tradicional vietnamita “Ao dai”. (Foto: Cortesía de la familia entrevistada)
La niña Hanoi Colina Bastidas ataviada con el “Ao dai” y el “non la” (sombrero cónico tradicional de Vietnam, tejido con hojas de palma), y su abuelo Ángel Miguel Bastidas. (Foto: Cortesía de la familia)
La niña Hanoi Colina Bastidas ataviada con el “Ao dai” y el “non la” (sombrero cónico tradicional de Vietnam, tejido con hojas de palma), y su abuelo Ángel Miguel Bastidas. (Foto: Cortesía de la familia)
La segunda hija de Maikki, Hanoi Colina Bastidas, nació en la capital vietnamita el 7 de febrero de 2017, en el Hospital Vietnam-Francia. Fue un embarazo hermoso y un parto ideal, dijo Maikki, agradecida por el cuidado y las atenciones del equipo médico vietnamita. “Todos fueron muy cuidadosos, dulces y súper profesionales. Ellos me acompañaron en cada etapa con mucha dedicación. Apenas nació mi beba, me la pusieron en el pecho durante un rato y luego me pasaron a la sala de recuperación por dos horas”, recordó Maikki.
Maikki nunca pensó que llegaría ese momento. Quedarse embarazada y dar a luz en Hanói fue un acierto. La tranquilidad del entorno, la amabilidad de los vecinos y el apoyo de los compañeros de trabajo, que nunca se separaron de ella en los momentos difíciles, contribuyeron a que su embarazo fuera feliz y seguro.
¿Por qué nombraste Hanói a tu segunda hija?, le pregunté a Maikki. Y ella respondió con una sonrisa: “Mi nombre (Maikki) es una palabra indígena que significa ‘grano de maíz’. Vietnam cuenta con 54 grupos étnicos y 63 ciudades y provincias. Pensé que sería interesante poner un nombre especial, bonito y significativo que recordara a Vietnam. Después de considerarlo por bastante tiempo, decidí ponerme a mi niña el nombre de la capital vietnamita. Hanói suena lindo y es el nombre del lugar al que estamos apegados y amamos. Cada vez que la llamo así, en mi corazón se despierta la imagen de la amada ciudad de Hanói”.
El nombre Hanoi me hace sentir importante. Aunque otras personas se llaman igual que yo, tal vez soy la única llamada Hanói que nació en esa ciudad y sabe su significado especial para mi familia.
Hanoi Colina Bastidas
La familia de Maikki regresó a Venezuela a finales de 2018, por lo que Hanoi estuvo en la capital vietnamita hasta casi los dos años. En su memoria permanece las coloridas luces nocturnas del centro de la ciudad y los rostros de los amigos franceses y vietnamitas con los que jugaba.
Ahora Hanoi tiene siete años y va a cursar el segundo grado de primaria. Según Maikki, la niña sabe contar los números en vietnamita y su primera palabra fue mamá en vietnamita. También decía “Ăn” (come) cuando tenía hambre y algunas otras palabras cotidianas en este idioma. Decía "Xin chào" (hola) y "Tạm biệt" (adiós) a todo el mundo cuando volvía a Caracas porque, sus amigos vietnamitas solían decirle “estas frases cuando estaba en Hanói.
Ahora, aunque ya Hanoi no habla vietnamita, puede reconocer las palabras que ha aprendido. “Una vez la llevé a un evento organizado por la Embajada de Vietnam en Venezuela. Al escuchar a los vietnamitas charlando, Hanoi parecía feliz de escuchar al idioma vietnamita, porque es algo muy familiar para ella. En ese momento, los ojos de Hanoi se iluminaron y brillaron de alegría”, recordó Maikki.
Le pregunté a Hanoi: “¿Te gusta tu nombre?”. La niña respondió sin rodeos: “Sí, me gusta mucho mi nombre. Estoy orgullosa porque llevo el nombre de la capital de Vietnam, país que aman muchos amigos venezolanos. Mi nombre está impreso en camisetas y suvenires vietnamitas. El nombre Hanoi me hace sentir importante. Aunque otras personas se llaman igual, tal vez soy la única niña llamada Hanoi que nació en esa ciudad y sabe su significado especial para mi familia”.
Poco a poco voy abriendo las fotos de Hanoi que Maikki me envió por correo electrónico. Me encantó ver las imágenes de Hanoi, desde que era un bebé y se acurrucaba en el pecho de la madre para tener contacto piel con piel, hasta el momento en que ya vestía el traje tradicional vietnamita “Ao dai” junto a su hermana mayor, Angélica.
Esperanza de volver algún día a Hanói

Quiero que mis hijas estudien en Hanói y puedan practicar los hermosos valores de la cultura vietnamita... Mi deseo es que sean felices rodeadas de personas amorosas, trabajadoras, estudiosas, valientes y solidarias como los hanoyenses.
Maikki Bastidas Estupiñán
En conversaciones con Nhan Dan, Bastidas manifestó su esperanza de volver a la capital vietnamita para continuar escribiendo y explorando. Mediante las noticias diarias se mantiene al tanto del acontecer en Vietnam. “Me actualizo acerca de los avances socioeconómicos de Hanói gracias a la publicación en español del periódico Nhan Dan. Me alegra que vuestra capital haya transformado de fisonomía, con un monorriel aéreo, modernas luminarias de tecnología LED y otras decoraciones con motivo del aniversario de su liberación o del Día Nacional”, compartió.
Con un fuerte apego al país en forma de la letra S, el cofundador de la Casa de la Amistad Venezuela-Vietnam se ocupa siempre de engrandecer sus contribuciones para estrechar lazos entre los jóvenes de ambas naciones. “El aumento de los acuerdos de cooperación y de las actividades de diplomacia pueblo a pueblo ayudará a los jóvenes venezolanos a conocer los avances de Vietnam”, dijo.
Entretanto, Angélica planea aplicar en una universidad vietnamita y espera que sus amigos venezolanos conozcan la ciudad donde creció. “Vietnam es un país precioso con gente increíble, ¡más gente merece conocerlo!... Especialmente, les diría que Hanói es un lugar hermoso y que su gente es maravillosa y cálida. Es un lugar al que todo el mundo debería ir al menos una vez en su vida. Espero que los jóvenes de mi país conozcan mejor a Hanói”.
La pequeña Hanói comparte el deseo de su abuelo y su hermana mayor de reencontrarse con el sitio al que está vinculada desde que llegó al mundo. “Quiero regresar ahora mismo a la ciudad donde nací para vivir las mismas cosas bonitas que mi hermana mayor Angélica cuando era niña: montar bicicleta, desayunar ‘xoi’ con mi mamá en el mercado tradicional que había en la calle donde vivíamos. También quisiera ver qué hace mi hermanita menor, Michelle, de dos años, cuando vea las luces, las flores y los colores de la ciudad, que es lo que yo recuerdo”.
Maikki está muy contenta porque sus hijas aman a Hanói como lo hizo su padre. Compartió que su sueño es volver a residir, trabajar y estudiar a Hanói. “Quiero que mis hijas estudien allá y que puedan aplicar los valores hermosos de la cultura vietnamita, en general, y de las costumbres hanoyenses, en particular. Esas costumbres bonitas, sanas, que un día aprendieron y que aquí en Venezuela muy pocos entienden. No quiero que las olviden, mi deseo es que sean felices de nuevo rodeadas de personas amorosas, trabajadoras, estudiosas, valientes y solidarias como los hanoyenses. Quiero que nos reencontremos con nuestros amigos vietnamitas, que en realidad son nuestra familia”.
Los mejores deseos para Hanói

Al otro lado del teléfono, desde Caracas, lejos de Hanói, pero muy cerca de su corazón, Maikki, a nombre de su padre y sus hijas, se mostró emocionada y envió un mensaje:
“Quiero enviar un mensaje de amor, solidaridad y fuerza al pueblo vietnamita en general y a Hanói y las provincias norteñas en particular, que en estos momentos están recuperándose de los daños causados por el tifón Yagi. Creo que Vietnam siempre será fuerte, persistente y superará cualquier dificultad. Espero que den la bienvenida al 70 aniversario del Día de la Liberación de la Capital en una atmósfera alegre y emocionante. Los amigos internacionales, incluida mi familia, los acompañarán de todo corazón y guardarán siempre en sus corazones la imagen brillante de Hanói en ocasiones importantes, con banderas rojas y estrellas amarillas, pancartas y flores decoradas en todas las calles. Desde Venezuela, mi familia desea enviar a Hanói los mejores deseos y esperamos regresar a verlos pronto”.
Así de precioso y sentido el mensaje enviado por los amigos venezolanos con motivo del 70 aniversario de la Liberación de la Capital, cuando también Vietnam y Venezuela están a punto de celebrar el 35 aniversario de sus relaciones diplomáticas, establecidas el 18 de diciembre de 1989. Hanói siempre los recibirá con los brazos abiertos para seguir escribiendo una canción de amistad entre dos pueblos amantes de la paz y empeñados en cultivar los mejores valores humanos.
Fecha de publicación: 8 de octubre de 2024
Dirección: Le Quang Thieu, Pham Truong Son
Redacción: Thanh Hang
Traducción: My Phuong, Kim Huong, Hai Anh, Trang Ngan
Presentación: Trang Ngan