
En 1978, el joven Nguyen Viet Thao, de la norteña provincia vietnamita de Bac Ninh, con apenas 18 años, fue uno de los cinco vietnamitas que irían a estudiar en Cuba. A la lejana isla caribeña llevaba entusiasmo y sed de estudiar. Más de cuarenta años, después, el profesor asociado y doctor Nguyen Viet Thao, vicepresidente permanente de la Asociación de Amistad Vietnam-Cuba, miembro del Consejo Teórico Central y ex subdirector de la Academia Nacional de Política Ho Chi Minh, evoca los recuerdos de Cuba, la amistad, las relaciones entre profesores y alumnos y una educación humana, tan vívidos como cuando pisó por primera vez aquel país.

CUBA, CÁLIDA COMO UNA FAMILIA, ESTRICTA COMO UN MAESTRO
“Era muy joven, mi español no era fluido y la cultura era nueva, pero lo que no puedo olvidar es la cálida y afectuosa bienvenida de los amigos cubanos. No nos trataban como a extranjeros, sino como a hermanos…”, dijo Thao.
“Tuvimos la gran suerte de estudiar con amigos cubanos, comer, vivir y trabajar juntos. Durante mis cinco años en la universidad, compartí habitación con dos amigos cubanos, y mi grupo de clase también estaba compuesto principalmente por estudiantes cubanos”. Compartió que esto no solo les dio a él y a otros alumnos la oportunidad de integrarse en la cultura local, sino también forjar amistades sólidas, lo que les ayudó a conectar y a comprender mejor la querida nación isleña.
Aunque Cuba padecía muchas carencias, siempre creó las mejores condiciones para los estudiantes extranjeros. “Los programas de becas y los subsidios de manutención eran muy buenos. Recibíamos 60 pesos al mes, además de material de estudio, ropa y muchas otras cosas. Además, a los estudiantes vietnamitas, Cuba nos profesaba un cariño especial. Ya sea en la residencia universitaria o por las calles, cuando decíamos ‘Soy vietnamita’, siempre recibíamos ayuda y cualquier dificultad se resolvían rápidamente”.
Nguyen Viet Thao (centro) y cuatro estudiantes vietnamitas que viajaron a Cuba en 1978. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
Nguyen Viet Thao (centro) y cuatro estudiantes vietnamitas que viajaron a Cuba en 1978. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
Al recordar sus años de estudio en Cuba, no puede evitar evocar la educación seria e increíblemente humanista que recibió allí. Si bien amaba y respetaba al pueblo vietnamita, nunca hubo parcialidad en sus estudios. Nos contó la historia de la profesora de Literatura Universal, Beatriz Maggi, quien le causó una profunda impresión: “Nos dijo abiertamente que podía darnos tres o cuatro puntos suficientes para aprobar la materia, pero como éramos estudiantes vietnamitas, de quienes siempre se esperaba que nos esforzáramos y mejoráramos, solo nos dio dos puntos y nos exigió volver a presentarnos a examen. En ese momento estábamos muy asustados, pues la considerábamos demasiado estricta. Pero luego dimos cuenta de que confiaba en nosotros y quería que estuviéramos a la altura de esa expectativa”.
Ese rigor lo motivó a él y a otros alumnos a mantener su frenético ritmo de estudio. Gracias a profesores como ella, adquirió una sólida base en idiomas extranjeros, amplios conocimientos y, sobre todo, valentía, algo que los libros no enseñan, pero puede cultivarse en un verdadero ambiente educativo.
Thao destacó: “No hubo mimos, sino confianza. Nos ayudaron a crecer tanto personal como académicamente”. Y esa es también la razón por la que, en su corazón, la educación cubana siempre es un ejemplo brillante: justa, seria, pero también llena de responsabilidad y humanidad, una educación verdaderamente por las personas y por el futuro.
UN EJEMPLO VIVO DE INTERNACIONALISMO EJEMPLAR
Para quienes han estudiado en Cuba, esta nación insular no solo se distingue por su educación completamente gratuita, sino también por su excelente sistema de bienestar social. “A pesar de las numerosas dificultades económicas, Cuba ha perseverado en mantener una educación y una atención médica gratuitas y de alta calidad para todos sus ciudadanos. La gratuidad no solo cubre la matrícula, sino que también garantiza todos los gastos de manutención, desde el transporte hasta la alimentación. Esto ilustra ampliamente la valentía y el coraje de una nación, a pesar de todos los desafíos”, enfatizó Viet Thao.
Cuba no solo ha ofrecido becas universitarias a estudiantes internacionales, sino también ha acogido y capacitado a estudiantes extranjeros desde la enseñanza secundaria. Esta política de bienvenida a jóvenes desde edades tempranas contribuyó a fomentar relaciones entre Cuba y otros países. La Isla de Pinos, ahora Isla de la Juventud, sirve de lugar de encuentro para numerosos estudiantes de países africanos, un vivo ejemplo de la visión estratégica de Cuba y sus constantes esfuerzos por sentar las bases de la cooperación internacional desde temprano.
El Sr. Nguyen Viet Thao compartió información sobre la relación entre Vietnam y Cuba en la Conferencia de Información y Propaganda de Asuntos Exteriores organizada por la Unión Central de Jóvenes. (Foto: VNA)
El Sr. Nguyen Viet Thao compartió información sobre la relación entre Vietnam y Cuba en la Conferencia de Información y Propaganda de Asuntos Exteriores organizada por la Unión Central de Jóvenes. (Foto: VNA)
“Defender la Patria desde el principio y con antelación implica defenderla desde el momento en que el país no está en peligro, en un escenario de paz. Muchos de esos estudiantes se han convertido en líderes, expertos e importantes autoridades en muchos países. Son ejemplo inequívoco de la visión de futuro y del espíritu internacional puro y ejemplar, de Cuba”, resaltó. Una pequeña nación insular, cercada por el imperialismo y acosada por un férreo bloqueo, se ha convertido en un lugar de acogida para miles de jóvenes de todo el mundo, algo que no habría sido posible sin un ideal humanitario perdurable.
El espíritu internacionalista de Cuba no solo es evidente en su política exterior, sino que también en el comportamiento de sus ciudadanos. Thao recordó que, en las últimas décadas, más de 600 mil cubanos han participado en misiones internacionalistas en más de 165 países, en ámbitos que van el militar hasta la salud y la educación y muchos otros relacionados con el desarrollo. Para un país de poco más de 10 millones de habitantes, esa cifra demuestra un compromiso extraordinario, que no es sólo el resultado de una decisión gubernamental, sino también un acto voluntario del corazón y la voluntad del pueblo, siempre dispuesto a compartir y ayudar a amigos de todo el mundo, estén donde estén.
Ese espíritu fue cultivado por los grandes líderes del pueblo cubano. En su memoria, los iconos revolucionarios intemporales de Fidel Castro y el Che Guevara representan más vívidamente los admirables principios internacionalistas. Estudiantes como él veían con frecuencia las escenas habituales durante las vacaciones de verano: Fidel y sus compañeros líderes cubanos cortando caña de azúcar en los campos, no para hacer fotos ni propaganda, sino para trabajar como auténticos agricultores. “Ver esa imagen era tan normal como comer y beber cuando éramos jóvenes. Pero luego, tras muchos años de trabajo, llegué a comprender con mayor profundidad: ese trabajo era verdaderamente grandioso, enviaba un poderoso mensaje de solidaridad y responsabilidad, y nos ayudó a desarrollar política y socialmente”, afirmó.
Fidel Castro en una jornada de corte de caña de azúcar en 1969. (Foto documental)
Fidel Castro en una jornada de corte de caña de azúcar en 1969. (Foto documental)
De esas experiencias, extrajo profundas enseñanzas que transmitió a generaciones de estudiantes: “Cuando saco un tema a debate, suelo plantear preguntas: En su opinión, ¿con qué fuerza ha protegido Cuba al régimen socialista en los últimos años? Cuba aún enfrenta dificultades económicas, por lo que, obviamente no es una potencia económica. Cuba tampoco tiene un programa nuclear como otros países. El ejército y la defensa son, por supuesto, fuertes, pero no cuentan con armamento moderno... Eso se debe a la fuerza de su pueblo y a la solidaridad internacional. Cuba es un país pequeño, pero grande en visión, acción y corazón. Siempre atesoro y llevo conmigo esas lecciones a lo largo de mi vida docente y académica”, enfatizó Thao.
Nguyen Viet Thao (segundo a la derecha) y líderes de la Unión de Organizaciones de Amistad de Vietnam reciben al doctor en ciencias económicas Ruvislei González Saez. (Foto: thoidai.vn)
Nguyen Viet Thao (segundo a la derecha) y líderes de la Unión de Organizaciones de Amistad de Vietnam reciben al doctor en ciencias económicas Ruvislei González Saez. (Foto: thoidai.vn)
El vicepresidente permanente de la Asociación de Amistad Vietnam-Cuba, Nguyen Viet Thao, entrega flores para congratular al autor del Diccionario Vietnamita-Español, Vu Van Au. (Foto: thoidai.vn)
El vicepresidente permanente de la Asociación de Amistad Vietnam-Cuba, Nguyen Viet Thao, entrega flores para congratular al autor del Diccionario Vietnamita-Español, Vu Van Au. (Foto: thoidai.vn)

CADA VEZ QUE REGRESO, SE ME GRABA ALGO MÁS PROFUNDO
En 1988, cuatro años después de graduarse de la Universidad de La Habana y regresar a Vietnam, Thao regresó a Cuba por primera vez como intérprete del Ejército Popular de Vietnam. Aunque se trataba de un viaje era oficial, regresar a la tierra donde había pasado seis años de su juventud lo llenaba de entusiasmo, como si fuera un niño que retorna al hogar.
“Nada más llegar a la casa de huéspedes, me presenté ante el mayor general Tu Cuong, jefe de la delegación, y le pedí autorización para volver a visitar mi antigua escuela. Se puso muy contento y me dijo que adelante”, sus ojos brillaron de entusiasmo al recordarlo. Sin tiempo para descansar, se apresuró a dejar su maleta y le pidió al conductor que lo llevara a la Facultad de Letras de la Universidad de La Habana, su antigua institución.
Nguyen Viet Thao en la Universidad de La Habana. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
Nguyen Viet Thao en la Universidad de La Habana. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
“Me fui muy rápido, porque sabía que mi deber como intérprete no me permitía alejarme del grupo por mucho tiempo”, explicó. Sin embargo, sus emociones eran incontenibles. Justo al entrar en la Facultad de Letras, se encontró inesperadamente con una antigua compañera, que ahora era profesora de la Universidad. “¡Este es Thao, mi antiguo compañero, un excelente estudiante vietnamita!”, lo presentó con entusiasmo a los estudiantes. Ella lo acompañó encantada en su visita a las aulas.


Aunque fue breve, el reencuentro con sus antiguos maestros y amigos emotivo. Antes de que pudiera decir nada más, pidió permiso para regresar con el grupo. Sin embargo, al volver a la casa de huéspedes, no pudo evitar un sobresalto al presenciar una situación inesperada: el mayor general Tu Cuong estaba conversando con el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas cubanas, y ambos se comunicaban mediante señas. “Entré corriendo a disculparme con el jefe, muy preocupado...”, relató. “No esperaba que fueran tan amables, que me sonrieran afectuosamente y me dijeran: ‘Cuando vengas a Cuba, corre de inmediato a visitar a tus antiguos maestros y antiguas escuelas. ¡Te lo celebramos mucho!”. Fue un comentario amable y comprensivo, reflejo del profundo afecto entre los pueblos de Vietnam y Cuba.
Prof.Dr. Nguyen Viet Thao con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
Prof.Dr. Nguyen Viet Thao con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
“Al recordarlo ahora, me doy cuenta de lo inocentes y puros que eran mis sentimientos en ese momento. No lo pensé mucho; simplemente quería volver a mi antigua escuela, el lugar que dejó la huella más hermosa en mi vida”, dijo en voz baja, como si aún reviviera los momentos emotivos de aquella tarde en Cuba.
Tras su emotivo regreso a Cuba en 1988, tuvo numerosas oportunidades de volver durante sus años de trabajo. Comentó que, debido a la naturaleza de su trabajo, viajaba a la isla cada tres o cuatro años, a veces incluso dos veces al año. Esos viajes, aunque breves, fueron suficientes para enriquecer sus recuerdos y emociones, y para que sus sentimientos hacia el pequeño país caribeño se hicieran cada vez más profundos.
Nguyen Viet Thao y la presidenta de la Asociación de Amistad Cuba-Vietnam, Yolanda Ferrer. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
Nguyen Viet Thao y la presidenta de la Asociación de Amistad Cuba-Vietnam, Yolanda Ferrer. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
“Cada vez que regreso, siento un cariño cada vez mayor. No solo por los recuerdos del pasado, sino también porque me crece la admiración por la orgullosa postura de Cuba como una nación heroica, llena de coraje, una causa revolucionaria en el sentido más auténtico, un hermano leal, puro y consecuente de Vietnam.” Por eso, ello, ve cada visita como un agradable reencuentro con una parte de sus valores y recuerdos.
Prof.Dr. Nguyen Viet Thao comparte información sobre noticias nacionales e internacionales en una conferencia temática. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
Prof.Dr. Nguyen Viet Thao comparte información sobre noticias nacionales e internacionales en una conferencia temática. (Foto: Proporcionada por el entrevistado)
Prof.Dr. Nguyen Viet Thao conversa con una reportera del periódico Nhan Dan (Pueblo). (Foto: My Phuong)
Prof.Dr. Nguyen Viet Thao conversa con una reportera del periódico Nhan Dan (Pueblo). (Foto: My Phuong)
Al encontrarlo ese día, no solo escuché la historia de un joven que había estudiado en Cuba, sino también lo acompañé en un torrente de recuerdos, donde las vivencias personales se funden con el espíritu de la perdurable y devota amistad entre Vietnam y Cuba. Cuba, donde el profesor asociado y doctor Nguyen Viet Thao vivió, estudió, amó y creció, siempre ha ocupado un lugar especial en su corazón. De esa tierra el profesor entregado a muchas generaciones de estudiantes que han llegado a convertirse en líderes y gestores clave del país, trajo no solo conocimientos políticos y teóricos, sino también un pedazo de su alma impregnado de afecto internacionalista, un profundo sentido de la humanidad y del deber hacia la comunidad y la nación. En el fondo, Cuba siempre ha formado parte de su carrera intelectual y personal, tal como dijo con orgullo: “En mí: mitad Vietnam, mitad Cuba".

Fecha de publicación: 30 de mayo de 2025
Dirección: QUANG THIEU
Redacción: KIM HUONG
Presentación: KIM HUONG
Fotografías: VNA, VUFO, Proporcionadas por el entrevistado
