En el epicentro de Myanmar:

Regalos especiales de Vietnam

La imagen de Vietnam y sus socorristas permanecerá en el corazón de los birmanos por mucho tiempo, tal y como ha insistido una y otra vez Sai Kaung Set, coordinador encargado de acompañar a la delegación vietnamita en su actual misión de asistencia humanitaria: “Gracias por venir. Seremos hermanos para siempre”.

Gracias por venir y ayudar…

A medida que participan en las operaciones de rescate, durante su servicio en Naypyidaw, las delegaciones del Ejército Popular y del Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam ayudan con entusiasmo a la población local a superar pronto la agonía causada por el reciente desastre.

El capitán Yar Zar Min Myat es comandante de una estación de bomberos en Naypyidaw. El terremoto de magnitud 7,7 ocurrido el 28 de marzo hizo colapsar el techo de su casa, su madre se cayó y se rompió la rótula. Los cuatro miembros de la familia se refugian temporalmente en una pequeña cama debajo de un árbol, sobre el que cuelga un toldo fino y descolorido.

Cada día, mientras su madre, esposa y hermano menor se quedan en el campamento, Myat (izquierda) coordina la labor de rescate entre Myanmar y la delegación de Vietnam.

A través de conversaciones de trabajo, el teniente coronel Nguyen Thang Anh, subjefe de la Oficina de Traducción e Interpretación de la Dirección de Asuntos Exteriores (Ministerio de Defensa de Vietnam), se enteró de la situación de Myat y la informó a sus colegas vietnamitas. Inmediatamente, el general de brigada Pham Van Ty, subdirector del Departamento de Rescate y Socorro del Estado Mayor General del Ejército Popular del país indochino, decidió regalar a la familia del oficial birmano una tienda de pared y algunos artículos de primera necesidad como fideos instantáneos, agua potable y carne enlatada.

La nueva vivienda de Myat lleva la bandera vietnamita.

La nueva vivienda de Myat lleva la bandera vietnamita.

Al ver su “nueva casa” con la bandera vietnamita, la esposa de Myat compartió emocionada: “Me gustaría expresar a la delegación de Vietnam mis más sinceros agradecimientos. Al volver cada día del trabajo, mi marido me habla de ustedes. Asegura que la delegación vietnamita es muy competente y que trae no solo personal, sino también muchos equipos de rescate necesarios para ayudarnos”.

En el hospital general de Naypyidaw, pese a su aforo de mil pacientes, la cama de Phoo Pwint Thazin está colocada debajo de un viejo árbol de mango. El día del seísmo, sobre el niño de nueve años se derrumbaron decenas de ladrillos. Cuando fue rescatado, presentaba una grave lesión cerebral traumática. La pierna izquierda también estaba rota por la mitad. Justo a su lado, Ko Myo Naing, de la ciudad de Ye Mei Thin, también tenía la cabeza vendada. La gasa gruesa se había vuelto marrón por la sangre y el líquido que aún salía.

“Tanto Thazin como Naing, junto con más de 100 otros pacientes heridos por el terremoto, ahora no se atreven a permanecer en ninguna casa, incluida la sala de tratamiento. Pidieron que los tratáramos al aire libre, aunque hace mucho calor”, explicó el doctor Threin Htet Aungpo, del Departamento de Neurología del hospital.

Al darse cuenta de las escaseces que padecían los pacientes, el coronel Nguyen Minh Khuong, subjefe del Departamento de Policía de Extinción de Incendios, Prevención y Rescate, y líder de la delegación de trabajo del Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam en Myanmar, decidió dotar al hospital donde se alojaba el doctor Aungpo de dos grandes tiendas de campaña.

Después de unos 30 minutos de trabajo, la "sala de hospital de campaña" quedó equipada con camas plegables y frazadas. Cada habitación puede albergar hasta 10 ó 12 pacientes.

La delegación entregó a los médicos y enfermeras muchos equipos médicos, entre ellos 200 cajas de mascarillas sanitarias, 50 batas protectoras, alrededor de 100 botellas de gel desinfectante para las manos, 30 termómetros, 30 tensiómetros, 30 monitores de saturación de oxígeno y 300 tipos de medicamentos, entre antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios y tónicos cerebrales. Además, la delegación también visitó a pacientes gravemente enfermos en tratamiento y les animó, además de entregarles regalos.

“Esperamos que pronto superen el dolor del desastre para reconstruir un país más hermoso”, compartió el coronel Nguyen Minh Khuong.

El equipo de rescate del Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam instaló una tienda de campaña para atender a los pacientes en el Hospital General de mil camas en Naypyidaw.

El equipo de rescate del Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam instaló una tienda de campaña para atender a los pacientes en el Hospital General de mil camas en Naypyidaw.

Sin embargo, el cariño de Vietnam no se limita a esto. Tras completar el trabajo de búsqueda y rescate a petición de la parte de Myanmar, los dos grupos de trabajo del Ejército Popular y el Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam se reunieron con urgencia para revisar experiencias, recoger equipos y suministros militares y prepararse para regresar a casa. También donó proactivamente algunos materiales para servir al proceso de reconstrucción posterior.

En concreto, la fuerza policial entregó cerca de tres toneladas de material a las unidades pertinentes. Al mismo tiempo, la delegación del Ejército Popular de Vietnam donó muchos equipos de rescate, suministros médicos militares, logística y alimentos para ayudar al país amigo a superar las consecuencias del devastador terremoto. Además, el Ministerio de Defensa de Vietnam decidió donar más alimentos y tiendas de campaña, que se espera que sean entregados a Myanmar lo antes posible.

El equipo de rescate del Ejército Popular de Vietnam dona artículos de primera necesidad y medicamentos a Myanmar.

El equipo de rescate del Ejército Popular de Vietnam dona artículos de primera necesidad y medicamentos a Myanmar.

El equipo de rescate del Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam entrega tiendas de campaña y equipos médicos al Hospital General de mil camas en Naypyidaw.

El equipo de rescate del Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam entrega tiendas de campaña y equipos médicos al Hospital General de mil camas en Naypyidaw.

Al recibir equipos de la delegación vietnamita, el brigadier U Myat Thu, director del Departamento de Bomberos, Rescate y Socorro, del Ministerio del Interior de Myanmar, expresó su profunda gratitud por el afecto y el apoyo oportuno y valioso de la parte vietnamita.

El representante birmano valoró altamente la capacidad y la disciplina de la fuerza de rescate vietnamita en el desempeño de sus funciones y expresó el deseo de aprender más sobre las experiencias del país indochino en materia de respuesta ante desastres, rescate y socorro.

 “Nosotros, como los demás ciudadanos de Myanmar, nunca olvidaremos la imagen de la fuerza de rescate vietnamita en estos días”, afirmó U Myat Thu.

El mayor regalo es...
VIVIR

Para Htet Muang Muang, el mayor regalo que recibió este hombre de 26 años fue… VIVIR.

El chef del hotel Aye Chan Thar se ha hecho mundialmente famoso por sobrevivir bajo los escombros durante más de 100 horas, hasta que fue encontrado y rescatado sano y salvo por la delegación de rescate del Ejército Popular de Vietnam, en coordinación con equipos de Turquía y Myanmar.

En la mañana antes de partir de Naypyidaw, la delegación vietnamita encabezada por el mayor general Pham Van Ty, visitó el hospital de mil camas en la ciudad de Naypyidaw para ver a Htet Muang Muang.

Tras cinco días de tratamiento intensivo, su salud ha mejorado considerablemente. Ha podido sentarse y hablar con normalidad. Al vislumbrar los uniformes verdes de los soldados vietnamitas, Muang casi estalló en lágrimas.

El brigadier Pham Van Ty recibió el agradecimiento del "sobreviviente milagroso" Htet Muang Muang...

El brigadier Pham Van Ty recibió el agradecimiento del "sobreviviente milagroso" Htet Muang Muang...

Muang recordó: “En medio de los escombros, cuando escuché las palabras de aliento de los soldados vietnamitas, me di cuenta de que me salvarían. En ese momento, estaba muy nervioso. Todo sucedió milagrosamente. Todavía no puedo creer que me rescataran después de pasar cinco días y noches atrapado”.

Muang utilizó la expresión “renacer” para describir su regreso a los brazos de sus padres y seres queridos. Dijo con emocionado: “Estoy muy agradecido a los soldados vietnamitas”.

“Quiero enviar mi más sincero y profundo agradecimiento desde lo más profundo de mi corazón a todos los miembros de los equipos de rescate y salvamento del Ejército Popular de Vietnam, Turquía y Myanmar”.

Antes de que el equipo se retirara, Htet Muang Muang hizo un esfuerzo por incorporarse, juntó las manos y se arrodilló en la cama del hospital. Ese es un gesto que los birmanos reservan solo para aquellos a quienes están profundamente agradecidos.

Durante más de una semana de misión internacional, las fuerzas de rescate de Vietnam recibieron en repetidas ocasiones ese gesto respetuoso por parte de los residentes locales. Cada vez que una víctima era encontrada y sacada de los escombros, madres y padres desesperados se inclinaban hasta tocar el suelo como una forma de expresar lo que no podían decir con palabras.

Una despedida llena de afecto

En su última tarde en Naypyidaw, la zona de viviendas del equipo del Ministerio de Seguridad Pública estaba más animada que en días anteriores. Desde primera hora de la mañana, los oficiales comenzaron a repartir tareas para revisar las provisiones restantes. Todo se organizó cuidadosamente en varios platos grandes colocados sobre seis mesas dispuestas en el patio. En una esquina del patio se izó con respeto la bandera nacional. Así empezó una pequeña pero significativa fiesta de despedida.

En ese momento, el equipo pidió al doctor Threin Htet Aungpo que invitara a todas las familias de los alrededores a unirse a la “fiesta”. Al enterarse, el neurólogo del mayor hospital de Naypyidaw y varios lugareños fueron al mercado y compraron refrescos y dulces para celebrar la despedida.

A las 17:00 en punto, unas 30 personas salieron de las casas de los alrededores. La mayoría eran niños, con la piel bronceada y la cara cubierta de thanaka. Desde el terremoto, esa era la primera celebración para todos. Tras una breve invitación, los niños corrieron a compartir pasteles, frutas y refrescos.

Aungpo dijo: “Muchas personas aquí se vieron afectadas por el desastre a finales de marzo. Algunos perdieron sus casas o estas quedaron inhabitables”. Él mismo estaba en esa situación.

“Estamos muy contentos de compartir con ustedes. Miren a los niños felices, parece que no se habían divertido tanto en mucho tiempo”, dijo Aungpo.

Debido a la barrera del idioma, las partes se comunicaban mediante gestos con las manos y…sonrisas. Todos los adultos querían hacerse una foto con el grupo de rescate vietnamita, mientras los niños se entusiasmaban con dos perros policía llamados Bin y King.

Los niños se entusiasman con Bin y King, dos perros policía de… nacionalidad vietnamita.

Los niños se entusiasman con Bin y King, dos perros policía de… nacionalidad vietnamita.

En un instante no quedó nada en la mesa. De repente, un soldado recordó que en su habitación había dos cajas de comida seca, dos paquetes de salchichas y casi diez bolsas de patatas fritas. Rápidamente corrió a buscarlas y luego se las compartió con todos. Con un poco de inglés, algunas mujeres mayores juntaron sus manos y dijeron: ¡Gracias! Gracias Vietnam!

Las distancias de lengua, geografía y origen se borraron. Sólo quedaban la calidez y las risas optimistas, mezcladas con el suave aroma de las flores de Padauk.

Los niños eran los más emocionados. Desde el terremoto del 28 de marzo, quizá fuera esa la primera vez que sus padres los llevaban a…una fiesta.

Una sencilla fiesta de despedida con melones, dulces y refrescos aportados tanto por la policía vietnamita como por los residentes locales...

La alegría de los niños cuando participaban en la primera... fiesta de postres y dulcecitos después del desastre. Lo especial es que el organizador era un equipo de rescate de Vietnam...

Después de la fiesta, los lugareños se quedaron un buen rato pidiendo tomarse fotos con el equipo de rescate vietnamita.

De repente pensé en las banderas nacionales que el equipo de rescate vietnamita entregó a la gente local. La bandera ondea en la tienda de campaña donde se atiende a los pacientes del hospital de mil camas en el que trabaja Aungpo, y la bandera en el costado de la casa temporal del capitán Yar Zar Min Myat y su familia. Es también el color rojo con estrella amarilla en las grandes cajas que contenían toneladas de equipos de rescate y suministros médicos que Vietnam donó de todo corazón a Naypyidaw.

Mañana, cada vez que regrese a casa, Yar Zar Min Myat echará de menos a los amigos sinceros con los que compartió alegrías y tristezas mientras ayudaban a su pueblo a sobrellevar el dolor causado por el terremoto. Los pacientes también se sienten más seguros cuando están en las "habitaciones especiales" de un país no muy lejano.

De muchas maneras, la imagen de Vietnam y los soldados de este país permanecerá por siempre en los corazones de la gente local. Así como repetía una y otra vez el coordinador Sai Kaung Set, quien fue encargado de acompañar al grupo vietnamita: “Gracias por venir. Siempre seremos hermanos”.

Fecha de publicación: el 7 de abril de 2025
Redacción: SON BACH - THANH DAT
Presentación: SON BACH - KIM HUONG
Traducción: MY PHUONG - KIM HUONG- TRANG NGAN - HAI ANH - THANH HANG