Bajo la sabia dirección del Partido y la enseñanza del Presidente Ho Chi Minh, el Ejército Popular de Vietnam ha alcanzado un notable desarrollo. Con absoluta lealtad al Partido y profunda fielidad al pueblo, se ha consolidado como una fuerza del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

En sus 80 años de construcción, combate y maduración, el Ejército ha cumplido de manera ejemplar sus misiones: siempre en primera línea frente a inversores extranjeros, pionero en la consolidación política y en el trabajo productivo. La imagen de los “Soldados del Tío Ho” ha brillado en cada etapa histórica, como destacó el Presidente Ho Chi Minh:

La imagen de los “Soldados del Tío Ho” ha brillado en cada etapa histórica, como destacó el Presidente Ho Chi Minh: “Nuestro Ejército es leal al Partido, fiel al pueblo, dispuesto a luchar y sacrificarse por la independencia y la libertad de la Patria, por el socialismo. Cumple toda misión, supera cualquier dificultad y vence a todo enemigo”.

La XI Asamblea del Partido en el Ejército (mandato 2020-2025) ha sido un período lleno de desafíos y a la vez de profundas huellas históricas. En un contexto internacional y regional complejo, sumado a los impactos de la pandemia de Covid-19, desastres naturales y el cambio climático, el Ejército mantuvo firme el principio de la dirección absoluta del Partido, promovió su tradición heroica y demostró el temple y las cualidades de los “Soldados del Tío Ho” en la nueva era.

Siguiendo las orientaciones del Partido en materia de defensa, el Ejército avanzó en una reorganización profunda: estructura más compacta y flexible, combinación entre fuerzas regulares, milicias locales y una sólida reserva. Numerosos organismos y unidades han sido consolidados, elevando la calidad, eficiencia y eficacia de sus operaciones. Las plantillas han sido ajustadas en consonancia con la estrategia de defensa, la doctrina militar y el arte operacional moderno. Estos cambios oportunos, resueltos y metódicos han sentado una base firme para que el Ejército avance en la construcción de unas fuerzas revolucionarias, regulares, bien entrenadas y modernas, plenamente capaces de cumplir con éxito todas las misiones encomendadas.

El Ejército reafirmó su condición de fuerza combativa de confianza del Partido, el Estado y el pueblo. Se mantuvo estrictamente la preparación combativa y se elevó la calidad de entrenamiento con el lema “Básico, práctico y sólido”. Ejercicios de gran envergadura con fuego real y simulaciones de defensa territorial elevaron la capacidad de mando y coordinación. También se reforzó la previsión estratégica y el asesoramiento al Partido y al Estado en materia de defensa y seguridad, garantizando iniciativa y soberanía en toda circunstancia.

Más allá de su función militar, el Ejército destacó como fuerza de apoyo al pueblo. Durante la pandemia y los desastres naturales, la imagen de los soldados en primera línea – luchando contra el Covid-19, rescatando en inundaciones, apagando incendios o enfrentando deslizamientos – dejó una huella imborrable en la ciudadanía. Los soldados se convirtieron en un pilar de confianza en los momentos más difíciles, encarnando el espíritu de “sacrificarse por el pueblo”.

Asimismo, el Ejército ha cumplido con eficacia su función como fuerza laboral productiva. Las unidades han participado activamente en la construcción económica y en el desarrollo de infraestructuras en zonas remotas, fronterizas e insulares, han gestionado de manera eficiente los proyectos de defensa-económicos, contribuyendo a la erradicación de la pobreza, a la mejora de la vida de las comunidades y al afianzamiento de la “postura de defensa basada en el pueblo”. Numerosos modelos de producción vinculados con la defensa han generado un efecto doble, al incrementar simultáneamente el potencial económico y fortalecer la defensa nacional integral. La industria de defensa ha experimentado una transformación profunda, avanzando paso a paso en el dominio de tecnologías, en la fabricación y producción exitosa de diversos tipos de armas y equipos modernos, adecuados a las exigencias de instrucción y disposición combativa del Ejército en la nueva coyuntura. La labor de defensa no se ha limitado a la fabricación de productos militares específicos, sino que también se han investigado y producido numerosos bienes de uso dual, destinados tanto a la defensa como a la vida civil, los cuales aportan un valor doble en los planos socioeconómico y de seguridad-defensa.

En el ámbito internacional, se amplió la cooperación bilateral y multilateral en defensa, con participación destacada en foros regionales e internacionales. Las unidades vietnamitas en misiones de paz de las Naciones Unidas cumplieron con éxito sus responsabilidades, dejando una imagen positiva del país, su pueblo y su Ejército ante la comunidad internacional.

En paralelo, se reforzó el trabajo político e ideológico. La práctica del pensamiento, moral y estilo de Ho Chi Minh, junto con los movimientos de emulación patriótica y la campaña “Promover la tradición, consagrar el talento y ser dignos representantes de los Soldados del Tío Ho en la nueva era”, han fortalecido la responsabilidad, la determinación y la lealtad absoluta de los oficiales y combatientes. De esta manera, las cualidades de los “Soldados del Tío Ho” no solo se mantienen, sino que brillan aún más.

Durante el mandato 2020-2025, el Comité partidista del Ejército y todas sus fuerzas alcanzaron grandes logros integrales y sobresalientes, cumpliendo de manera excelente las tres funciones básicas y siendo dignos de la confianza y el afecto del Partido, el Estado y el pueblo. Cada éxito y cada victoria constituyen una elocuente demostración de la dirección absoluta y directa en todos los aspectos del Partido sobre el Ejército, y al mismo tiempo reafirman la posición, el prestigio y el papel especialmente importante de las fuerzas armadas en la causa de construcción y defensa firme de la Patria socialista de Vietnam.

De cara al futuro, la situación internacional y regional seguirá evolucionando con rapidez, de manera compleja e impredecible. La competencia estratégica entre grandes potencias se intensificará, influyendo fuertemente en la política, seguridad y economía mundial. La tendencia hacia un sistema multipolar y multicéntrico abre oportunidades de cooperación, pero al mismo tiempo profundiza las contradicciones y los conflictos de intereses nacionales y étnicos. El riesgo de guerras locales y la inestabilidad continuará presente, mientras los desafíos de seguridad tradicionales y no convencionales se entrelazan y afectan de forma integral la vida internacional. En particular, la región de Asia-Pacífico, incluido el Mar del Este, continuará siendo foco de tensiones.

Fiel a la tradición milenaria de la nación, con casi un siglo bajo la dirección del Partido, 80 años de un Estado del pueblo y cerca de 40 años de renovación, nuestro país ha alcanzado logros de gran relevancia histórica. La reforma administrativa para establecer un modelo de gobierno local de dos niveles ha dado resultados iniciales significativos. No obstante, la nación aún debe enfrentar numerosas dificultades y desafíos, mientras las exigencias en materia de defensa y seguridad se elevan cada vez más. En este contexto, las tareas que se plantean al Ejército en el período 2025-2030 son sumamente exigentes, pero también plenas de gloria.

Para cumplir con excelencia las tareas en el nuevo contexto, el Comité partidista en el Ejército y todas sus fuerzas deben elevar su capacidad de liderazgo y combatividad, manteniendo firmemente el principio de la dirección absoluta y directa del Partido sobre el Ejército. Es imprescindible prever con precisión, asesorar con acierto al Partido y al Estado, y mantener la iniciativa en toda circunstancia. A la par, se debe perfeccionar el marco institucional de defensa, movilizar y emplear eficazmente los recursos para construir un Ejército revolucionario, regular, bien entrenado y moderno, con firmeza política y alto nivel científico-tecnológico, preparado para asumir cualquier misión.

El Comité partidista en el Ejército ha de seguir dirigiendo la disciplina, la construcción de un ejército regular, con cultura militar y con las cualidades de los “Soldados del Tío Ho” en la nueva época. Igualmente, continuar cumpliendo bien sus tres funciones: ejército de combate, ejército de trabajo y ejército de producción. Asimismo, consolidar la defensa nacional vinculada estrechamente con la seguridad popular, reforzar las zonas de defensa, y combinar defensa con economía, cultura, sociedad y relaciones exteriores, generando una fuerza integral basada en el “apoyo del pueblo” como cimento sólido de la defensa de la Patria.

En el contexto de la cuarta revolución industrial, el Ejército debe liderar la investigación, aplicación y dominio de la ciencia y tecnología militar, la transformación digital y el desarrollo de capacidades modernas en ciberseguridad, guerra electrónica y espacial. La industria de defensa debe recibir inversiones estratégicas para construir institutos, fábricas y centros de investigación de alta tecnología, capaces de producir armamento avanzado y bienes de doble uso, garantizando la independencia y contribuyendo al desarrollo nacional.

Al mismo tiempo, resulta esencial seguir consolidando un Partido en el Ejército verdaderamente limpio, fuerte, integral, ejemplar y representativo, elevar la capacidad de concretar y organizar la implementación de las resoluciones y directrices del Partido, renovar de manera enérgica el trabajo ideológico, de inspección y supervisión; y construir un contingente de cuadros y militantes con cualidades, competencias y prestigio a la altura de las tareas. Es imprescindible mantener la unidad, la disciplina y el rigor en todas las filas.. Se requiere atraer, formar y aprovechar talentos y recursos humanos de excelencia, con visión a largo plazo para nutrir nuevas generaciones de oficiales y soldados jóvenes, preparados para asumir la gran responsabilidad de construir un Ejército revolucionario, regular, bien entrenado y moderno.

 Con la gloriosa tradición de un Ejército y pueblo heroicos, en el próximo mandato, el Comité partidista en el Ejército y todas sus fuerzas seguirán reafirmando su papel esencial en la causa revolucionaria del Partido y de la nación: ser siempre una fuerza política y combatiente leal y de confianza; cumplir con la meta de construir un Ejército Popular revolucionario, regular, bien entrenado y moderno, dispuesto a asumir y cumplir brillantemente cualquier misión encomendada por el Partido y el pueblo, contribuyendo firmemente a la construcción y defensa de la República Socialista de Vietnam en la nueva era de desarrollo.